La Fundación Dominicana Contra el Mal de Parkinson (FUNDOCONEDEP) expresó que las personas que viven con Parkinson necesitan garantías de un sistema sociosaniario que no deseche a sus envejecientes, que los ampare y los trate con valía humana.
La Fundación Dominicana Contra el Mal de Parkinson (FUNDOCONEDEP) es la primera asociación de enfermedades neurodegenerativas constituida legalmente en nuestro país, y que ha trabajado de manera constante y sostenida en la educación continua, soporte farmacológico y apoyo psicoterapéutico tanto a pacientes como a cuidadores.
La Dra. Marcia Castillo, neuróloga y directora médica de FUNDOCONEDEP advierte que cada vez es más alarmante los pacientes que acuden a consulta con un deterioro progresivo y decadente de la enfermedad, pérdida de la autonomía y trastornos neurocognitivos, esto no solamente va en detrimento de la calidad de vida de la persona sino también de sus familiares.
La evolución natural de la enfermedad se ha visto exponencialmente acelerada y esto se debe a la inasequebilidad de los tratamientos por falta de cobertura total de las aseguradoras, si es que acaso lo tienen, ya que también existe la exclusión gerontofóbica. Otro factor observado es que muchos pacientes priorizan sus recursos para alimentos, vivienda y otras necesidades básicas.
“La asignación presupuestaria es pírrica para cubrir las necesidades de los más de 250 pacientes que asiste la fundación desde hace años, a pesar de ello sostenemos un programa de psicoeducación continua, grupos de apoyo, talleres y asistencia farmacológica”, expresó el ingeniero Rafael Lamarche, director ejecutivo de FUNDOCONEDEP.
El futuro es mañana, el presente es hoy ¿Qué hace un paciente en lo que los estudios genéticos nos ayudan a lograr la bien llamada medicina de precisión o mientras aguardan el auspicio de un dispositivo que mejorara su calidad de vida? La respuesta es Hoy el paciente necesita medicación regular, soporte nutricional, programas de fisioterapia, espacios de apoyo y abordajes médicos transdiciplinario. Hoy las personas que viven con Parkinson necesitan garantías de un sistema sociosaniario que no deseche a sus envejecientes, que los ampare y los trate con valía humana.
Lamarche y Castillo aseguran que en entidad se esfuerzan día tras día por hacer lo mejor que pueden con lo que tienen pero que al parecer no existe ningún grado de empatía o interés en el sistema de salud por nuestros adultos mayores, y que es vergonzoso como país y como estado que en el momento más vulnerable del ser humano ni siquiera pueda adquirir regularmente sus tratamientos ni tener una vejez digna, rematan diciendo que “envejecientes somos todo y que la responsabilidad es para hoy”.