Los hechos recientes de violencia, así como los robos y otros hechos, causan angustia, ansiedad y pánico, presión arterial elevada, derrames cerebrales e infartos.
La pandemia ha generado estrés entre los ciudadanos por el encierro y las estadísticas de muertes y enfermedades colaterales, pero en el caso de República Dominicana, hay una juventud debutante con problemas cardiovasculares, diabéticos y neurológicos, generado por estrés postraumático.
Los hechos recientes de violencia, que incluyen homicidios y feminicidios múltiples, así como los robos y otros hechos por lo que muchos expresan angustia, ansiedad y pánico, causan presión arterial elevada, derrames cerebrales e infartos.
Las explicaciones las ofrece la cardióloga Claudia Almonte, quien dice que “no es de estos días, luego de la pandemia hemos observado que están surgiendo más personas hipertensas, de hecho, pacientes jóvenes en debut, más sobrepeso, obesidad, más ingesta de alcohol, de grasa. Más niveles de colesterol y glicemia elevados. O sea, más pacientes pre diabéticos o diabéticos”.
La violencia genera estrés, y el hecho de que en el país el pasado fin de semana mataran al menos siete personas en pocas horas, tiene repercusiones en la salud de la población que deben ser tomados en cuenta, ya que hay más sensación de palpitaciones, arritmias, hipertensión y por supuesto eventos cardiovasculares, tipo infarto o trombosis cerebral.
Almonte dijo que el estrés, desde hace mucho tiempo, se considera un factor de riesgo.
“La violencia genera estrés, sea estrés de salir a la calle, estrés intrafamiliar, estrés de ser cuidadores de su familiares, personas que han quedado desempleadas, o sea, todo eso, claro que sí que ha generado más frustraciones” explicó.
En cuanto a la depresión dijo que hasta en las consulta están viendo personas de llanto fácil, por frustraciones de pareja, familiares y violencia.
Sugerencia
Pide a las personas evitar las imágenes y videos de hechos violentos en las redes sociales, y a los medios de comunicación tratar los temas de violencia sin sensacionalismo, de manera que impacten lo menos posible con las imágenes