Mientras llega la curación definitiva de esta enfermedad, se avanza en estrategias innovadoras para conseguir la regeneración del páncreas endocrino
A CORUÑA, ESPAÑA.-El páncreas tiene una capacidad innata de regenerarse, incluso décadas después del debut diabético.
El desarrollo de estrategias orientadas a explotar y acelerar este proceso podría dar lugar a la recuperación funcional de las células beta en pacientes insulinodependientes (especialmente en el caso de la diabetes tipo 1, DT1).
Así lo considera el Prof. Juan Domínguez Bendala, director del Laboratorio de Regeneración Pancreática y Células Madre del Instituto de Investigación de Diabetes en la Universidad de Miami. El encargado de la conferencia inaugural del XXXVI Congreso Nacional de la Fundación de la Sociedad Española de Diabetes (FSED) se ha mostrado optimista con nuevas terapias revolucionarias, que aproximan el objetivo de una futura curación de la diabetes.
Potenciar un acción natural
La estrategia que sigue el grupo de investigación del Prof. Domínguez Bendala, y que ya está arrojando resultados prometedores, pasa por potenciar un mecanismo natural del páncreas. “Trasplantar células beta (ya sean islotes de un donante o células madre diferenciadas) es un enfoque prometedor, que muy probablemente va a dar lugar a terapias efectivas a corto plazo. Pero no deja de ser una aproximación de fuerza bruta al problema”, afirma el conferenciante, quien defiende que“si aprovecháramos la capacidad regenerativa natural del páncreas, acelerándola de manera controlada, el resultado se parecería mucho más a la idea que todos tenemos de una cura”.
En concreto, este grupo de investigadores ha encontrado células progenitoras en el páncreas con capacidad de regenerar islotes tanto en pacientes recién diagnosticados como en aquellos que han tenido diabetes durante décadas. En principio, según indican, las estrategias que están desarrollando deberían ser aplicables a todos los pacientes que carecen de una masa funcional suficiente de células beta.
Del trasplante de islotes a terapias regenerativas
El trasplante de islotes obtenidos de donantes ya ha sido aceptado por la FDA (el organismo regulador de los EEUU), y los trasplantes de islotes generados a partir de células madre están en fases avanzadas de ensayos clínicos. “Estos avances en terapias celulares van a tender un puente hacia terapias regenerativas como la que estamos desarrollando (aún en fase de investigación), que no precisarían trasplante de ningún tipo. El impacto de estas terapias en la calidad de vida de pacientes que hoy se acuestan con miedo a una hipoglucemia podría considerarse transformador”, opina el Prof. Domínguez Bendala.
Con un factor de crecimiento que lleva usándose décadas en la práctica clínica, y que se ha mostrado seguro y eficaz para otras aplicaciones (el factor de crecimiento óseo 7, BMP-7 por sus siglas en inglés), estos investigadores están convencidos que pueden activar selectivamente la proliferación controlada de las células progenitoras del páncreas y su diferenciación a células beta. Todo ello dentro del órgano, estimulando el mismo proceso que dio lugar a su desarrollo y que se reactiva naturalmente en situaciones de estrés pancreático.
“Queda por establecer si las nuevas células regeneradas de este modo serán rechazadas también por el sistema inmune”, informa el Prof. Domínguez Bendala. Hay argumentos a favor y en contra, como admite este experto, que se muestra decidido a esclarecer estas dudas en la siguiente fase de sus investigaciones. Sin embargo, asumiendo el peor de los escenarios, “nuestro enfoque podría combinarse con estrategias orientadas a reducir la virulencia del ataque autoinmune”.
Un futuro esperanzador
Los progresos en este campo a lo largo de la última década han sido rápidos y decisivos. Desde un punto de vista tecnológico, avances en las bombas de insulina y los circuitos cerrados han llevado a los pacientes a tener un control de la enfermedad mejor que nunca. Además, este último año se ha introducido la primera inmunoterapia (anticuerpos monoclonales anti-CD3) contra la DT1, que ha demostrado retrasar el debut hasta dos años. Y los resultados preliminares de los ensayos clínicos con islotes derivados de células madre están siendo muy prometedores.
En este contexto, según concluye el responsable de la conferencia inaugural, “mi esperanza es que para cuando llegue la anhelada curación definitiva de la enfermedad, los pacientes lleven ya tiempo beneficiándose de terapias que se le asemejen bastante”.