El Gautier, primer centro red pública en aplicar novedoso tratamiento para depresión resistente y conductas suicidas

El departamento de Psiquiatría, la Unidad de Intervención en Crisis y la dirección del hospital Dr. Salvador B. Gautier, encabezada por su director, Dr. Miguel Geraldino, informaron que a partir de esta semana será aplicado en nuestro centro el único y más novedoso tratamiento para la depresión resistente y conductas suicidas aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), y organismos europeos.
Esto convierte a nuestro centro en el primer hospital de la red pública en Latinoamérica y el Caribe en aplicar este psicofármaco, lo que nos hace desde este instante ser el referente de los resultados y evolución de de tienen así lo dio a conocer Alexandra Hichez, médico psiquiatra, jefa del departamento.

Se informó que el hospital cuenta con licencia categoría 2, que nos autoriza a la aplicación del fármaco, que es una medicación de costo elevado y con la limitante de la no cobertura por aseguradoras,ni estar en este momento incluida en el listado de medicamentos cubiertos por el Programa de Alto Costo.
Esketamina (Spravato), con aplicación intranasal, es un antagonista del receptor NMDA no competitivo que pertenece a la clase terapéutica anestésica, produciendo un aumento rápido y transitorio en la liberación de glutamato, lo que lleva a un aumento en la estimulación de las señales neurotróficas que restauran la función sináptica en las diferentes regiones del cerebro que tiene que ver con estado del ánimo y comportamiento, manteniéndose esta modificación a largo plazo.
La depresión resistente al tratamiento es aquella en donde el paciente ha tenido diferentes esquemas de tratamiento por el tiempo adecuado sin llegar a la remisión de síntomas ni la recuperación funcional global, lo que se traduce en una carga económica directa e indirecta, disparando la utilización de otros servicios médicos, lo cual produce absentismo y abandono laboral, lo cual se traduce en un empobrecimiento sistémico porque impacta de 5 a 9 personas alrededor del entorno familiar.
La conducta suicida se agrega como un indicador de severidad de los trastornos anímicos, llegando a provocar un impacto contundente en el entorno familiar y social del cual, en muchas ocasiones, deja secuelas permanentes y crónicas, tanto en el individuo como en sus allegados.